Posesión

Estoy recostado debatiendo entre la consciencia y el reino de morfeo, el colchón tiembla como si alguien subiera a la cama. Siento un escalofrío y estoy inmóvil: No puedo levantarme ni hablar, intento girarme sin éxito, con esfuerzos logro apenas mover los dedos de las manos, mover los ojos... Escucho dentro de mi cabeza un profundo respirar, el sonido de olas en la distancia... Y un profundo respirar.


Por un momento me rindo, permanezco a merced de algo que no conozco, salvo por su respiración profunda. La incertidumbre es un frío sentimiento, se ha comido al miedo con el paso del tiempo. Permanezco apacible escuchando un lento y profundo respirar dentro de mi cabeza, intentando comprender quién es, qué es, por qué, para qué está ahí. Pero no hay palabras, no hay acciones, sólo las olas en la distancia, y un profundo respirar.

Tomo aire lentamente e intento levantarme, gritar a quien esté ahí ¡que se marche de inmediato! Pero es en vano, mi cuerpo no atiende mi voluntad. No puedo hacer más que yacer inerte, escuchando dentro de mi cabeza un profundo respirar, mis pensamientos, el sonido de las olas en la distancia... Y un profundo respirar.