Somos

El universo explorándose a si mismo.
Un sueño que se busca significado.
Un latido suspendido en el tiempo.

La vida verdadera

Vivimos durante un tiempo ciegos y mudos, sólo escuchando el ir y venir de la vida, sólo sintiendo el calor del sol y el frío de la noche actuar sobre el cuerpo que nos acoge; botón de flor crecida a través de una grieta en la banqueta.

Entonces una chispa y un suspiro nos ofrecen el don de la vista, y un nuevo mundo se devela detrás de lo que creíamos era todo; ya no sólo escuchamos los pasos y los motores a nuestro al rededor, ahora podemos ver de dónde vienen, a dónde van, leer en los rostros y en las ropas y en los parabrisas estrellados la historia más allá de la prisa cotidiana.

Y luego esa virtud de observador abstraído lleva a la realización de un poder más grande que el del hierro: la voz. Y uno habla, se escucha, se conoce, se acepta, se reclama y arranca las raíces de la tierra que lo ha nutrido tanto como lo ha contenido.

Y es así, con visión y oído, con voz y pasos resueltos, que comienza la vida verdadera, la vida que uno se busca para sí.