Cuando cante el primer pájaro
Entre los elfos
Hace tiempo, por un tiempo, canté y bailé entre los elfos.
Volvía a casa después de un largo día, jugando en mi mente a ser alguien más, cuando mi caminar desatendido me llevó por una senda extraña a un salón bajo un techo de hojas verdes y blancas y negras que no me permitían ver el mapa en el cielo. Me detuve entonces, y contemplé embelesado el espacio forrado de hierba y de hojas, y blancas columnas que eran los troncos de muchos árboles.
Pero tenía qué volver.
Mas antes de elegir qué dirección tomar, me alcanzó una caravana de elfos de la noche. Y ellos se mostraron gentiles y me recibieron con sonrisas y palabras hermosas, y me invitaron a disfrutar de su música, a unírmeles aun.
Presto busqué su ritmo y toqué mis cuerdas y con su magia me ayudaron a aprender esa música que suena familiar al primer compás; canciones que hacen eco en los anhelos, en los miedos y en los gozos más profundos, más hondo clavados en los corazones de la gente libre.
Dejé de sentir el suelo. Subí, cruzando la bóveda arbórea, las nubes y todo el cielo hasta ver la Tierra respirando a mis pies, y escuché las historias que le han dado las formas y colores que hoy la cubren.
Pero tenía qué volver.
Con pena en el alma me despedí. La música no se interrumpió, mas me ofrecieron todos miradas amables y rostros sonrientes, y me cubrieron entre cantos con sus buenos deseos y pactos de amistad: sincero aunque hueco consuelo, sabiendo en mi corazón que a ese lugar de ensueños nunca más habría de volver.
Una sola noche mis ojos atestiguaron la fiesta de aquellas criaturas más allá de mi entendimiento: tan iguales a mí en apariencia, hermanados en esencia; pero separados, sutil e irremediablemente, por nuestra misión y destinos.
Y volví a casa, cantando canciones de tiempos remotos, sin poder explicar llanamente el por qué de mi demora. Mi vida siguió como iba y debía, y yo seguí siendo yo, pero mi vista fue hecha nueva.
El día comenzó muy mal
Mi mujer me gritó
A mi niña le grité
Me duele un pie y así no puedo patinar
Y olvidé mi biblioteca, no tengo qué leer
Fuck, fuck, fuck...
Quisiera regresar en el tiempo
Darme un zape antes de gritar
Pero no puedo hacer eso y el grito no lo puedo borrar
Lo que sí puedo es decir "de verdad lo siento, reaccioné mal"
Por que si era tarde y eligió zapatos inapropiados
¿Qué le importa a ella? Y qué me importa a mí...
Por que aunque el día comenzó muy mierda, el comienzo quedó atrás
Van más rápido los segundos que mi calmo respirar
Voy por mi camino que es el mismo de ayer
Veo los mismos árboles bailando Chachachá
Las aves ahí en sus cables, y de pronto echan a volar
El cielo más azul de todo el año, enmarcado por nubes que sin prisa van para llover a otro lugar
Quisiera que el pie no me duela ya
Pero da igual, en la oficina no hay buenas rampas
Así que mientras escribo estás líneas con las manos, con el pie estaré dibujando círculos
Suave y lentamente, para que se pueda aliviar
Y aunque el día comenzó muy mierda, eso nada importa ya
Tengo más de pocas horas para pasarla bien
Para construir una ventana, para escribir esta canción
Para saltar y caer, y rodar y rodar
Y por la noche hacerte el amor
Fuck, fuck, fuck... fuck yeah!